En esta era en la que la transformación digital es la base de la economía y de los negocios, con la Cuarta Revolución Industrial de la mano de la tecnología, es fundamental conseguir herramientas que den facilidades y transformen ciertas funcionalidades del mundo físico al digital. Una de ellas es la firma electrónica implementada con una infraestructura de clave pública o PKI.
La firma electrónica posibilita enviar documentos digitales firmados a través de la red, sin tener que realizar la entrega en persona con la firma manuscrita: la adquisición de un producto, un contrato o simplemente un formulario. Esta firma asegura la identidad, es decir, que el individuo es quien dice ser, o lo que es lo mismo, la autenticación. También se consigue la integridad del documento que está firmado, se asegura que está completo y no ha sido modificado. Y, por último, el “no repudio”, porque la persona no puede decir que no es quien es.
Es así como se garantiza la seguridad en las transacciones en línea con la integridad de los datos y también, por ejemplo, del remitente de un correo electrónico, lo que posibilita autenticar el origen de información, no sólo de mensajes electrónicos sino también de documentos.
En definitiva, en la firma digital realizada mediante infraestructura de clave pública o PKI se relaciona una clave privada con otra pública, la identificación del firmante, la fecha de vencimiento del certificado electrónico, el nombre de la autoridad certificante, el número de serie del certificado y la firma digital de a quién se otorga.
Tipos de firma
Es importante distinguir entre los diferentes tipos de firma. Así, por ejemplo, en Chile existen dos tipos de firma electrónica: la simple y la avanzada.
Se entiende por firma electrónica simple cualquier sonido, símbolo o proceso electrónico, que permite al receptor de un documento electrónico identificar al menos formalmente a su autor. Se puede encontrar una amplia variedad de firmas simples, como un pie de firma en un correo electrónico, la dirección de correo electrónico de un originador, el nombre del autor en la portada de un documento, el RUN, un código de autorización personal, etc. Este tipo de firma no tiene porqué estar basada en una PKI.
Y, por otra parte, la firma electrónica avanzada, que es aquella que está certificada por un prestador de servicios acreditado y que ha sido creada usando medios que el titular mantiene bajo su exclusivo control, de manera que se vincule únicamente al mismo y a los datos a los que se refiere, permitiendo la detección posterior de cualquier modificación, verificando la identidad del titular e impidiendo que desconozca la integridad del documento y su autoría.
Desarrollo en América Latina
En América Latina, la firma digital tuvo sus comienzos en 1998, cuando desde el Mercosur se impulsó que se legislara al respecto entre sus integrantes. De esta manera, Uruguay se convirtió en el primer país del continente en contar con la firma electrónica. Le siguieron Colombia, Puerto Rico, México, Perú, Argentina, Brasil, República Dominicana y otros muchos. En la actualidad, son muy pocos los países que no cuentan con una legislación formal.
A pesar de ello, su aplicación no es masiva y es ahora cuando se están empezando a comprender todas sus ventajas. Poco a poco está entrando en la mente de la sociedad que se pueden realizar transacciones seguras de forma online.
Uno de los principales usos que se están realizando de la firma electrónica es en el sector de recursos humanos. En los últimos 3 años, se han impulsado especialmente las reglamentaciones específicas para permitir y masificar su uso, por ejemplo, en los recibos de empleados, donde la legislación es más rígida y no permite el alojamiento de certificados en servidores centralizados (salvo en algunas legislaciones como la colombiana).
Y es que, en general, la evolución está siendo rápida porque hay un gran interés por parte de las empresas por dejar atrás en el papel. Hay que tener en cuenta las dificultades logísticas que hay entre países como Brasil, Argentina o Chile donde las distancias son muy largas. Además, se está tomando conciencia de ventajas como la reducción de costos y simplicidad de los procesos.
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